España ha hallado pruebas de la guerra más antigua de la historia de la región europea. El nuevo análisis de más de 300 conjuntos de restos óseos de 5.000 años de antigüedad excavados en España ha llevado a los científicos a sugerir que estas personas fueron víctimas de la primera guerra de la historia europea. Se cree que el conflicto se produjo 1.000 años antes que el anterior, conocido como el periodo más antiguo de guerras en la región.
El abrigo funerario de piedra de San Juan Ante Portam Latinam (SJAPL), del Neolítico tardío, situado en el suroeste de Europa, fue descubierto accidentalmente en 1985 cuando una excavadora estaba ensanchando una pista. Así se encontró una enorme cantidad de restos humanos, almacenados en un abrigo de piedra de 20 metros cuadrados. Allí encontraron 90 esqueletos completos y 31 incompletos, 255 segmentos esqueléticos articulados y miles de huesos individuales.
Los conflictos bélicos durante el Neolítico europeo (hace unos 9.000-4.000 años) no se conocen bien en la actualidad. Los científicos creen que las escaramuzas entre poblaciones eran episodios breves que duraban varios días y en los que participaban entre 20 y 30 personas de cada bando. Se ha sugerido que las primeras sociedades locales no tenían capacidad para librar guerras prolongadas, y se ha datado la primera batalla conocida en Europa entre hace 4000 y 2800 años.
La arqueóloga y antropóloga Teresa Fernández-Crespo y sus colegas reexaminaron los restos de 338 individuos por traumatismos procedentes de una cueva de piedra del norte de España. Los análisis de radiocarbono dataron sus edades entre 5.400 y 5.000 años atrás.
Los investigadores descubrieron que la inmensa mayoría de las lesiones correspondían a varones adolescentes o adultos, más del 70%. Este tipo de cosas no se han visto en otros yacimientos europeos de muertes masivas del Neolítico. Los arqueólogos concluyeron que, a juzgar por la naturaleza de las heridas y los daños en las puntas de flecha estudiados anteriormente, las personas enterradas aquí fueron víctimas de una batalla que duró varios meses.
Las razones del conflicto siguen sin estar claras, pero los investigadores creen que se trató de una lucha por el liderazgo entre diferentes grupos culturales de la región durante el Neolítico tardío. La presencia de restos de mujeres y niños se explica por el hecho de que pudieron ser hechos cautivos durante los conflictos.